CERTIFICACIÓN LEED

¿QUÉ ES LA CERTIFICACIÓN LEED?

La certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) es un sistema de reconocimiento a nivel mundial que avala la sustentabilidad de edificaciones, desarrollado por el U.S. Green Building Council (Consejo de Construcción Sustentable de Estados Unidos)

¿Cómo funciona la certificación LEED?

La certificación LEED se basa en un sistema de puntos que evalúa diferentes aspectos de un edificio, como su ubicación, eficiencia del agua, energía y atmósfera, materiales y recursos, calidad del ambiente interior, innovación y criterios regionales. Los edificios que cumplen con ciertos criterios y alcanzan un determinado número de puntos pueden recibir una de las siguientes certificaciones

PUNTAJE LEED

LEED Certified (Certificado): 40-49 puntos

  • LEED Silver (Plata): 50-59 puntos

  • LEED Gold (Oro): 60-79 puntos

  • LEED Platinum (Platino): 80 o más puntos

El total de puntos es de 110: los 100 primeros se atribuyen al cumplimiento correcto de las categorías, mientras que los 10 restantes son bonos por innovación en la implementación.

Los puntos se categorizan en siete grupos y cada uno incluye créditos vinculados a su clase.

¿CUÁLES SON LOS SIETE GRUPOS?

LOCALIZACIÓN Y TRANSPORTE

SITIOS SUSTENTABLES

EFICIENCIA DEL AGUA

ENERGÍA Y ATMÓSFERA

RECURSOS Y MATERIALES

CALIDAD DEL AMBIENTE INTERIOR

PRIORIDAD REGIONAL

INNOVACIÓN

Esta certificación ofrece múltiples ventajas, entre ellas:

  • Ambientes más saludables y propicios para una mayor productividad

    Los ambientes más saludables y propicios para una mayor productividad en el ámbito ecológico se caracterizan por la integración de elementos naturales y sostenibles. La iluminación natural juega un papel crucial, permitiendo que la luz solar ilumine los espacios y reduzca la necesidad de energía eléctrica. La ventilación adecuada, combinada con el uso de plantas interiores, no solo mejora la calidad del aire, sino que también aporta un toque de vida y frescura.

    Espacios abiertos y flexibles fomentan la colaboración y estimulan la creatividad, mientras que el uso de materiales reciclados y sostenibles en el mobiliario y la decoración refuerza el compromiso con el medio ambiente. La incorporación de tecnologías verdes, como sistemas de energía solar y estructuras de captación de agua, contribuye a la eficiencia energética y al bienestar integral de los usuarios. Estos ambientes optimizan la salud física y mental, lo que se traduce en un aumento significativo en la productividad.

  • Disminución de las emisiones de gases responsables del cambio climático.

    La disminución de las emisiones de gases responsables del cambio climático es un aspecto fundamental para la salud del planeta. Este proceso involucra la reducción de sustancias como el dióxido de carbono, metano y óxidos de nitrógeno, que son liberadas principalmente por actividades industriales, el transporte y la agricultura. Implementar tecnología limpia, promover energías renovables y fomentar prácticas sustentables son estrategias clave que permiten mitigar el impacto negativo en el medio ambiente. Al disminuir estas emisiones, se contribuye a la conservación de ecosistemas, se mejora la calidad del aire y se fortalece la resiliencia ante fenómenos climáticos extremos, promoviendo un futuro más sostenible para todas las especies.

  • Reducción de los costos operativos y la generación de residuos.

    La reducción de los costos operativos y la generación de residuos es fundamental para las empresas ecológicas. Implementar prácticas sostenibles no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también optimiza recursos y maximiza la eficiencia.

    Una empresa que adopte un enfoque ecológico puede, por ejemplo, utilizar tecnologías limpias y fuentes de energía renovable, lo que disminuye considerablemente los gastos en recursos tradicionales. Además, la implementación de un sistema de gestión de residuos adecuado permite reciclar y reutilizar materiales, reduciendo así el volumen de desechos generados.

    Al integrar la sostenibilidad en su modelo de negocio, la empresa no solo cumple con las normativas ambientales, sino que también mejora su imagen corporativa y atrae a consumidores conscientes, lo que puede traducirse en un aumento en las ventas. En definitiva, una estrategia ambientalmente responsable se convierte en una inversión que impulsa tanto el bienestar del planeta como la rentabilidad del negocio.

  • Ahorro significativo de energía y recursos naturales.

    El ahorro significativo de energía y recursos naturales es un elemento clave en la sostenibilidad ecológica. Este concepto se refiere a la reducción del consumo de recursos como agua, electricidad y combustibles fósiles, logrando así un impacto positivo en el medio ambiente.

    Implementar estrategias de eficiencia energética en hogares y empresas no solo disminuye la huella de carbono, sino que también contribuye a la preservación de ecosistemas. Por ejemplo, al usar tecnologías como paneles solares, sistemas de recolección de agua de lluvia y electrodomésticos de bajo consumo, se logra un aprovechamiento óptimo de los recursos disponibles.

    Además, fomentar prácticas de reciclaje y uso responsable de materiales ayuda a minimizar el desperdicio. Al reducir la demanda de materias primas, se protege la biodiversidad y se limita la explotación de recursos naturales. La inversión en energías renovables y la adopción de hábitos sostenibles por parte de la comunidad son pasos cruciales para lograr un futuro ecológicamente responsable.

    En resumen, el ahorro de energía y recursos no solo es una necesidad económica, sino una responsabilidad ecológica que promueve un entorno más saludable para las futuras generaciones.